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La idea, si bien no difiere mucho de otros concursos, tiene la particularidad de que no hay un voto del público que sirva de filtro. Este detalle me parece fundamental a la hora del fallo definitivo, porque el voto del público suele ser intencionado y poco crítico, y puede dejar fuera de instancias finales a relatos realmente valiosos.
Por el contrario, en el presente caso, un jurado elegirá al ganador y las menciones, y se leerá TODOS los relatos (si bien son bastante cortos, son 136).
Lo que el público sí puede hacer es leer los cuentos presentados, pasarse un rato entretenido, e ir haciéndose una lista mental de sus predilectos.
El veredicto se dictará el 28 de setiembre y hasta ese momento hay tiempo para darse una vuelta por el blog y leer los microcuentos.
Por cierto, hay uno mìo participando, bajo seudónimo, claro, y aunque dudo que descubran cuál es, espero que esté presente en esa lista mental.