Este es un cuento que siempre me gustó y que tengo fresco en la memoria a la hora de escribir sobre intrigas y persecuciones. Para no copiarme, claro. Pero, ¿cómo evitarlo? Es tan bueno: Nunca trabajes para un extraño, de Raúl Alzogaray (Argentina).
¿Qué me gustó del cuento?
Tiene un ritmo genial, de similar tenor al Informe sobre ciegos de Sábato.
¿Dónde está el gancho?
En el manejo de la información que se le brinda al lector: en dosis justas, e incluso, insuficientes. Genera ansias de saber qué pasará.
Detalles importantes:
Nótese el uso de oraciones cortas en el momento crucial del relato que le otorgan una vertiginosa velocidad a los acontecimientos.
El clásico recomendado: Doy derecho a réplica con La llamada de Cthulhu, de Lovecraft.
¿Qué me gustó del cuento?
La atmósfera siniestra y la fluidez del relato.
¿Dónde está el gancho?
Tras una larga introducción -que puede inducir al rechazo- nos encontramos con el culto a Cthulhu y desde allí el relato navega a la perfección.
Detalles importantes:
Lovecraft gustaba detallar a sus creaturas para dotarlas de consistencia. Al hacerlo no dejaba nada librado a la imaginación del lector -que es algo supuestamente criticable-, pero más de uno convendrá conmigo en que a veces es un verdadero acierto hacerlo.
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