14 abril 2009

¿Escritor profesional? Nah... ¿Sí? ¡Sí! ¡En serio!

¿Cuándo uno deja de ser un aficionado para convertirse en escritor profesional?

Posibles respuestas:

a_ Cuando la afición se convierte en profesión y, por lo tanto, en trabajo.

Toco madera.

b_ Cuando uno recibe pago en monetario por un relato publicado.

Sólo ha ocurrido con mi cuento Crónica de la masacre, publicado en la antología Desde el taller.


c_ Cuando uno recibe pago en especie por un relato publicado.
Ha ocurrido varias veces, gracias a Dios, y espero continúe sucediendo.

d_ Cuando uno es publicado por una editorial comercial.
Con Grupo Ajec, en Un portal de palabras II, esto se materializa.

Y por último:
e_ Cuando uno es pirateado ¡Sí, pirateado!
Y a esto quería arribar. ¡Me han pirateado! Y nada menos que La muerte interior, que ya estaba disponible en Axxón libremente y que es mi cuento más renombrado (tendré que ver qué es lo que lo hace tan especial). La gente de 4shared lo distribuye ilegalmente en su sitio y no tengo intenciones de quejarme. En absoluto. No estoy a favor de la piratería pero considero que, al menos en literatura, la digitalización de libros y la copia ilegal pueden contribuir a multiplicar las ventas en papel. No, no estoy loco y ni siquiera es nuevo lo que digo. Muchos autores han publicado capítulos enteros de sus novelas en la web y lo han conseguido. La respuesta es sencilla: aún no es tan simple leer un libro desde la pantalla de la PC para el común de los mortales. No han proliferado demasiado los readers y la gente aún prefiere el papel a la pantalla digital.

Pero, más allá de este pequeño comentario, lo dicho. ¡Me han pirateado! Y mi relato está ubicado entre autores como Aldiss y Poul Anderson...


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