20 diciembre 2006

Las vueltas de la vida

Tengo el placer de comunicar que dos relatos míos han sido seleccionados finalistas del Tercer Certamen de Relato Joven del portal OcioJoven en las categorías de Ciencia Ficción y de Fantasía, y eso me asegura que ambos estarán presentes en la antología Un portal de palabras a publicarse el año próximo.
¡Estoy sumamente feliz por la noticia! ¿Se nota?


Pero titulé a esta entrada Las vueltas de la vida y me explico:

Uno de los relatos lo comencé a escribir en Enero de este año, durante las vacaciones en Gesell, en una versión corta de dos carillas y lo envié a la Antología Visiones, donde tuvo buena acogida por parte del seleccionador pero que no tuvo lugar en el volumen por la cantidad de material de alta calidad que también se recibió (cosas que a uno lo desilusionan, qué se va a hacer). Entonces, en la segunda mitad del año lo retomé, lo miré un poco mejor, lo extendí mucho, cambié muchas cosas aquí y allá y cuando estuvo listo, luego de varios meses, ahí se fue para OcioJoven. Le tenía fe, al igual que al cuento corto que le precedió, pero esta vez tenía más "carne" la historia y eso, obviamente, es mejor. Estaba más completo.

Y ahí tienen el resultado.

Esto debería dejar una moraleja y creo que es evidente: No hay que desanimarse. Los concursos suelen ser descorazonadores y los malos resultados decepcionan, pero hay que insistir. No hay mayor premio que triunfar cuando uno ha luchado mucho por ese resultado. Si las cosas se dan a la primera y sin esfuerzo son poco valoradas.

Por eso yo desbordo de alegría hoy que dos hijos literarios míos han asomado al mundillo de la literatura en Castellano.

02 diciembre 2006

Entrega de premios Revista Axolotl

El jueves 30 de Noviembre se realizó la entrega de premios del Primer Certamen de la Revista Axolotl y asistí lleno de orgullo en caracter de finalista por mi cuento Equilibrio.
Sólo caben palabras de elogio para describir la ceremonia, que fue, realmente, más de lo que esperaba. Luego de la presentación de las directoras Karina Sacerdote y Mariana Alonso hizo su aparición el mago Mariano Mistik quien nos dejó preguntándonos dónde está el truco que no pudimos descubrirlo. Lo siguió la lectura de los cuentos ganadores, de las poesías y la entrega de diplomas recordatorios para cada finalista. El secretario de redacción Miguel Sardegna informó que se recibieron más de 300 cuentos y más de 200 poesías de distintos países de América y Europa y que fue muy dura la selección. Ya lo creo.

Finalmente cerró la velada el grupo vocal Aqua non potabile que además de cantar en forma coral hacen sketchs muy graciosos mientras cantan. Un aplauso personal para ellos.

Una satisfacción enorme haber participado en esta primera entrega de premios y haber conocido tanta gente macanuda.

21 noviembre 2006

Cien por ciento Axxón

Pasen y lean Cien relatos de cien palabras de cien escritores distintos. Nuevamente un servidor aportó su pluma a la gesta con un monstruo de fabricación casera, nacido en un relato antiguo que nunca vio la luz y que quizás algún día lo haga público en mi sitio.

15 noviembre 2006

Del Primer Certamen Literario de Revista Axolotl


El 30 de noviembre a las 20 hs. se hará entrega de los premios del I Certamen Literario de Revista Axolotl y se presentará el I Anuario de la revista en The Coffee Store, Las Heras 1822, 1° piso.

Estoy invitado por resultar finalista con el relato Equilibrio, donde vislumbro la historia de los misteriosos Ecuánimes, y voy a asistir con mucho gusto. Ya relataré qué tal fue.

08 noviembre 2006

El reino de las ideas

¿De dónde vienen las ideas para escribir un relato? Es una buena pregunta. La respuesta debe ser distinta para cada escritor, tiene que serlo, aunque pueden existir muchos puntos en común, y son estos puntos los que motivan esta entrada en mi blog.
Muchas veces, cuando leo algo, tengo la extraña impresión -deja vu- de haberlo leído en otra parte. ¿A qué se debe? A que la idea central ya fue empleada en otra obra de similares características (un poco más descabellado sería pensar en la vida como una Matrix y en los Agentes ingresando para buscarme). A ver, pongamos un ejemplo bastante a mano que, no tan casualmente, estoy leyendo ahora: Psicoespacio, de Robert Sawyer, novela corta ganadora del premio UPC de 1997; su trama es similar a Contacto, de Carl Sagan, año 1985, tan similar que parece copia: Una especie alienígena transmite señales de radio donde dicen cómo construir una nave espacial; envían los planos, así de sencillo. La similitud es grande pero no por ello se puede hablar de plagio así como así. La verdad es que muchas veces no nos damos cuenta de dónde viene la idea, simplemente aparece allí y escribimos sobre ella. Luego, quizás, algún amigo o colega nos diga sorprendido: "Pero si eso lo leí en tal o cual libro", a lo que, poniendo nuestra mejor cara de despistados, decimos que ignorábamos por completo o que no lo habíamos notado. Y efectivamente, resulta que nuestras mentes, como parte del proceso creativo, realizan una compleja asociación de ideas que, dada la vastedad literaria escrita hoy en día, resulta invariablemente "parecido" a algo existente.
Rara vez podemos decir que estamos frente a una idea por completo original, y a veces eso simplemente significa que no hemos leído lo suficiente. Las ideas nuevas son esquivas, dificiles de hallar o, tal vez demasiado alienadas para ser incorporadas en nuestras obras.
El otro día, leyendo La luna quieta, de Negrete, se me ocurrió una idea interesante, que no original, para escribir un relato sobre inteligencia artificial. La novela y su clima fue el disparador mental que me indujo a imaginar "que pasaría si..." y de ahí que pude concebir todo un argumento para un cuento.
Así nacen las ideas en este reino literario, por asociación involuntaria, por influencia directa y, a veces también, de pura casualidad.

26 octubre 2006

Concursos Literarios: el paso obligado

Es sabido lo difícil que resulta hoy en día publicar una novela en nuestro país, sea cual fuere su temática y, obviamente, dejando de lado la ingrata opción de la autopublicación (de la que en otra entrada hablaré). Por ello el único camino restante para los escritores noveles es presentar sus obras a concursos del género que le corresponda, con todo lo costoso y drámatico que ello conlleva: gastos de impresión, copia, encuadernación y envío por correo; y luego esperar, y no desesperar que es lo difícil, a sabiendas de que la propia obra está mezclada entre cientos de otras de gran potencial.
Las chances de resultar ganador en un concurso no son muy amplias, aún cuando nuestra obra sea genial, y eso se debe a que quienes la evalúan son seres sensibles como nosotros y poseen gustos particulares que tal vez no vayan por los mismos carriles que los propios. Además tenemos que tener en cuenta factores como la predisposición al tema tratado, el humor que el jurado posea ese día, incluso el momento del día en que es leída. Todos estos factores, decisivos en todos los casos, hacen muy reducidas las chances. Otra realidad de los concursos es que existe un grupo de Seleccionadores previos al jurado que hacen una "depuración" de las obras. ¿Por qué? Simple. Ningún ser humano puede leer 100 novelas (200 cuentos) en uno o dos meses, por lo menos pasando de las dos primeras carillas, de manera que a manos del jurado llegan una decena, como mucho, de entre las cuales surgirá el vencedor.
Visto todo esto uno puede pensar que es demasiado poco probable que un escritor novel llegue a publicar su obra a través de un concurso. A no desesperar, además del primer premio existe otro factor relevante a rescatar: La obra es leída, con algo de suerte, por algún editor, y eso ya es mucho decir. Si es buena puede ser rescatada posteriormente.
Por lo tanto, los noveles como yo, nos vemos prácticamente obligados a presentarnos a los concursos... ¡y ganarlos!

24 octubre 2006

¿La Ciencia Ficción es mala palabra?

La discusión sobre la mala reputación que posee hoy en día la Ciencia Ficción (como ya se vislumbraba en los ochenta) surgió en el foro de la Comunidad de CFyF y me pareció interesante dedicarle una entrada en mi blog.
En líneas generales nos encontramos con dos posturas respecto de la Ciencia Ficción, claramente enfrentadas: Están los que la defienden y la cultivan, intentando humanizar los rasgos más ásperos del género, y los que la deploran por completo, evitando incluso pronunciar las dos palabras prohibidas.
¿Por qué esta diferencia tan abismal?
Una respuesta posible es la cuestionable fama que alcanzó la Ciencia Ficción en las décadas del 50 y 60, alentada por la carrera por la conquista del espacio, de manos de hombres que mucho conocía de técnica y poco de literatura. Estoy hablando, ni más ni menos, de la CF dura, la de Asimov y de Clark como máximos exponentes. En esos años había mucho mercado para las aventuras espaciales y eso empujó al género al pozo profundo de la ausencia de calidad literaria. Factor que, a la larga, acabaría imponiéndose sobre la cantidad y volcaría la balanza en contra del género. ¿Hasta qué punto? Hasta el punto de que muy pocos editores se animan a apostar por la Ciencia Ficción, y algunos de los que lo hacen "esconden el rostro" al evitar las palabras prohibidas en la tapa y contratapa de los libros que publican y los dibujos de naves espaciales que tanto gustaban varias décadas atrás.
¿Por qué semejante cobardía?
Por razones de mercado. Tan simple como eso. Hoy en día todos saben que los viajes al espacio son un fiasco. Que no es real, al menos para la gente de nuestro siglo, que se pueda colonizar otros mundos, y mucho menos encontrar vida inteligente con la cual mantener un contacto como el que soñábamos en el siglo XX. De manera que el público tomó la decisión de huirle a los libritos de aventuras en el lejano y frío espacio, con seres tan distintos a nosotros, por las novelitas que tanto nos aburrían en los setenta.
Pero la cosa no se queda allí, no. También parece que todo aquel escritor que se confiese creador de Ciencia Ficción se declara al mismo tiempo contagiado de lepra o de alguna enfermedad terminal similar. Es mal visto en los círculos de escritores "cultos" y menospreciado por los editores de betsellers.
¿Pero, qué piensa la gente al respecto?
Sinceramente, la gente que me rodea no lee. Ya casi nadie lee, vamos. Un libro al año no es leer. Encima un libro que te lo metieron por las narices los publicistas. No, para nada. Pero lo poco que leen varía mucho en contenido y roza, en muchos casos, la ficción especulativa solapada que encubre Ciencia Ficción en el fondo. Los libros ya no dicen "Ciencia Ficción" en sus tapas, pero muchos lo son (tengo en mis manos Buenos Aires 2033, cuyo seleccionador es Gabriel Guralnik, un hombre que está empujando mucho al género en nuestro país, pero que aquí debió dar el brazo a torcer y evitar las palabras fatídicas para solaparlas con: "Cuentos sobre la ciudad del futuro") Otros casos lo nombran como ficción científica, ficción tecnológica, anticipación, etc., pero todas quieren decir lo mismo: esto es Ciencia Ficción, aunque de una forma que no golpee tanto, algo así como es CF pero de la buena, de la humanizada, de la sentimental, o de la que posee una buena historia.
Por otra parte, lo más notable es la aceptación que hay hoy en día por el cuento fantástico, y en menor medida por la novela. Multitud de concursos aparecieron este año al respecto y otros, de temática general, comenzaron a aceptarlos entre sus seleccionados. Ojo que no hablo de espadas y dragones, sino de ficción fantástica en dosis justas y equilibradas.
Para finalizar esta extensa entrada quiero decir que creo que la Ciencia Ficción no morirá, sino que mutará en otras formas de expresión literaria como muta nuestra propia sociedad y realidad diaria.

20 octubre 2006

¿Afición?: Escribir

Inauguro este blog hablando de lo que más me gusta hacer: escribir. Así, con minúsculas por ahora, porque es largo el camino a recorrer. Pero ojo, también son grandes las ganas que tengo y poderosa la afición. Así que espero poder contarles muchas y buenas noticias en este diario, personal pero absolutamente público.
Por lo pronto los invito a leer y disfrutar de 20 viajes en el tiempo creados por veinte plumas anacrónicas, entre las cuales está la mía.